El 30 de agosto y en los días anteriores se realizaron acciones en Bremen por el Día Internacional del Detenido-Desaparecido, a la luz de la convocatoria de la Corriente del Pueblo - Sol Rojo, México, y la campaña #DrSernasPresentaciónConVida. La declaración de los camaradas mexicanos en la que se pedía la presentación con vida del camarada Ernesto Sernas García se distribuyó por todo el mundo en este día, y muchos de los transeúntes expresaron su solidaridad con las fuerzas revolucionarias y democráticas de México, así como su rechazo y condena de las políticas genocidas del viejo Estado mexicano.
La acción de reparto de volantes tuvo lugar en las inmediaciones de un hospital propiedad de Gesundheit Nord (GeNo), que, como se describe en el artículo de Correo Rojo publicado aquí con antelación, está "importando" a Alemania cada vez más enfermeras del Tercer Mundo, especialmente de América Latina, para dejarlas trabajar aquí bajo peores condiciones laborales con hipócritas justificaciones, como "el manejo del idioma". El artículo fue distribuído junto con los volantesy la gente lo recibió con entusiasmo, varias enfermeras confirmaron la situación y expresaron su descontento con el sistema sanitario alemán. Una enfermera mexicana de Monterrey describió el proceso de cómo las empresas alemanas "reclutan" en México, se les "facilita" la llegada a Alemania, y luego, en el corazón de la bestia, cómo la explotación imperialista golpea. Al personal de la salud cualificado de México se les encomiendan tareas y responsabilidades de un trabajador de la salud normal y corriente en el trabajo, pero sólo se les contrata como trabajadores auxiliares "por falta de conocimiento del idioma":
"Desde el principio, nos dejaron hacer todo, incluso administrar la medicación intravenosa. No estaba segura por el idioma, pero me dijeron: no importa, hazlo, tu sabes hacerlo. La escasez de personal es demasiado grande, la sobrecarga de trabajo es enorme".
Así que se les obligó a hacer el mismo trabajo y se les pagó un salario mucho menor por ello. Los cuidadores inmigrantes están luchando contra esta atroz explotación:
"Nos ponen muchas piedras en el camino. Le dijimos a nuestros compañeras que no hicieran más trabajo del que les correspondía".
En consecuencia, el personal se negó con éxito a realizar las tareas de una enfermera cuando sólo estaban empleadas como auxiliares, e insistieron en realizar sólo las tareas de una auxiliar mientras no se les reconociera su cualificación. Sin embargo, como consecuencia del miserable trato recibido en Alemania, algunas ya habrían planeado regresar a su país o ya lo han hecho, mientras que el imperialismo alemán ya tiene en su punto de mira a cientos de nuevos cuidadores extranjeros.